1.Te despabilas. Sí o sí, sea por diversión o seguridad tu cuerpo se muestra alerta y se despierta.
2. Se te quita el frío. No importa que sea temporada otoño-invierno. Aunque salgas hecho un/a bodoque, a los tres kilómetros ya gritas: ¡Fuera ropa!
3. Mejor control del tiempo. Aunque tampoco estamos exentos de un contratiempo, es más fácil manipular tu desplazamiento en medio del tráfico.
4. Llegas feliz. Las endorfinas consecuencia del ejercicio físico te hacen llegar de buen humor, además de que te evitas caras largas y empujones dentro del transporte público.
5. Ahorras dinero. Te puedes evitar pagar un gym porque ya vives ejercitada/o en la bicicleta como medio de transporte. Te ahorras los pasajes del transporte público, y la gasolina y más si usas coche.